Capítulo 6
El mensajero
-Es una
lástima que se tenga que desperdiciar
-Es lo
mejor. Además, ya huele muy mal
Naybi se levantó bastante cansado. No había dormido muy bien con
los ronquidos de su corpulento compañero, y la batalla que libró ayer le dejó
de por sí muy exhausto. 39 se había levantado ya y estaba echado en el suelo,
mirando a su nuevo “amo” fijamente, como esperando un premio.
Naybi acarició suavemente la cabeza de su nueva “mascota”.
Creo que me podría acostumbrara esto- dijo Naybi mientras sonreía.
Encima de la cómoda alguien había dejado una carta que decía:
Concursantes No 20 (Dayvel) y 34(Doh).
Naybi abrió la carta y la leyó en voz alta:
“Saludos a todos los participantes del torneo. Los saluda su
anfitrión, Fath Nurang. Esperamos su primera noche haya sido un buen descanso”.
Sí, claro- se dijo a sí mismo Naybi
“Ayer durante la noche se realizó una inspección y pudimos confirmar que solo el 20% de los
que entraron no necesitan atención médica”.
¿Atención médica? ¡Había cadáveres en ese laberinto!-
“Ninguna muerte se ha registrado y los heridos de gravedad serán devueltos
a Amplusium. El resto de concursantes marca un total de 32 participantes
restantes. Las batallas serán dispuestas a través de distintas pruebas físicas,
las cuales serán decididas de acuerdo a las capacidades apreciadas durante la
prueba del laberinto. Sin nada más que decir, se despide,
El mensajero”
¿Mensajero? ¿Es una especie de sobrenombre?- se preguntó Naybi
Se volteó hacia el Doh y se preguntó si tendría que llamarlo de
alguna manera. Después de todo, estaría viviendo con él durante el resto de la
competencia.
Bueno, como eres 39, supongo que te podría llamar Drinei, es un
nombre común y suena como “thirty-nine”-y así Naybi decidió el nombre de su
compañero
En ese momento, alguien llamó a la puerta y Naybi fue a abrir.
¡Hey! Finalmente encontré tu cabaña- Roder apareció tras la puerta
Vaya, no pensé tenerte aquí tan pronto, ¿te han dado una carta a
ti también?-
Así es, y además la mía dice que hoy mismo estoy en un
combate-dijo Roder con una sonrisa
Te deseo suerte-
Drinei empezó a ver a Roder con una expresión curiosa, como si
estuviera tratando de entender a ese ser de piedra.
Este… ¿te has conseguido una mascota?- preguntó Roder temeroso
Se llama Drinei, parece que tendré que cuidar que no lastime a
nadie-
Y…ya veo- Roder empezó a actuar bastante nervioso. No era por
nada, aunque Naybi no lo supiera, los Doh eran de las razas salvajes más
temidas.
¿Dónde combatirás?- preguntó Naybi
E…en un lago que hay cerca del laberinto, según mi carta, pero no
hay ninguna otra referencia-
Este lugar es bastante amplio, debería haber al menos un método de
referencia para guiarse- dijo Naybi
Pienso lo mismo, pero por ahora supongo que hay que resignarse-
Entonces los dos oyeron un ruido de atrás, como el de algo cayendo, y, efectivamente,
detrás de ellos cayeron dos mapas doblados en varias partes. Cada mapa tenía un
nombre escrito en él.
¿Acaso…nos están espiando?- Naybi se quedó extrañado por la
repentina aparición del mapa, pues había aparecido justo en el momento en que
estaban hablando sobre esto.
Pero además se quedó extrañado por el mapa en sí.
Este tenía un solo punto señalado, en el que aparecían las
distintas cabañas, el resto del papel estaba completamente en blanco.
¿De qué sirve un mapa si no me indica nada que no pueda ver yo
mismo?- se preguntó Naybi
En el mío está localizado otro punto- señaló Roder. Efectivamente,
en su mapa había dos puntos señalados.
Uno eran las también las cabañas,
mientras que el otro era el lugar que se le había designado para pelear.
Parece ser que únicamente te muestra los lugares importantes de
cierto momento- dijo Naybi- No sé si es muy ahorrador o un acto de tacañería.
Supongo que de esa forma la exploración está a libertad tuya-opinó
En ese caso, iré a explorar por mi cuenta, ¿a qué hora es tu
encuentro? –preguntó Naybi
En unas…2 horas y 10 minutos-respondió Roder
Muy bien- dijo Naybi, y se fue a explorar
Estuvo caminando por una gran cantidad de tiempo, cuando
finalmente encontró algo. Era un edificio enorme, de color escarlata, el cual
estaba protegido por un líquido magenta que impedía el paso. Justo antes de
esto había un letrero:
El mensajero-leyó Naybi
Se despide,
José Miguel
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