Capítulo 1
El
fugitivo
Muy bien, acabemos con esto, dámela-
SIGUE SUELTO
Naybi se ha vuelto una
de las criaturas más temidas de Amplucium desde su llegada el mes pasado. Sus
crímenes son:
-Sin registro
-Daño físico a oficiales
-Deterioro de viviendas y establecimientos
Recomendamos a todos tener cuidado con el peligroso ser de la
raza no registrada Dayvel: Su aspecto es el de una salamandra gigante, negro y
grandes ojos amarillos.
…………………………………………………………….
Les damos nuestro repaso anual a la historia de Amplusium:
Siglos atrás, nuestro planeta era conocido como Tierra, diez
veces más pequeño, y estaba habitado por unos seres llamados Paparedes.
En el núcleo de este planeta vivían criaturas llamadas Nad,
estas salieron hacia afuera, destruyendo todo lo que encontraron a su paso.
Cuando finalmente salieron al espacio, se libraron de sus
caparazones hechos de fuego, que se adhirieron a la corteza terrestre.
Finalmente, al ver que habían exterminado a la humanidad por
salir de su prisión, crearon diversos seres a partir de su energía, dejando
toda su existencia atrás, y estas
criaturas también crearon otras, todo hasta que el planeta que hoy conocemos
como Amplusium, termine tal cual lo
conocemos.
Estos eran un par de fragmentos del diario “Cienz”, el 15 de agosto
del año 5034.
El diario fue arrastrado por el viento
y pasó rozando a Naybi, el criminal.
Estaba escapando a otra región, y tal
vez lo seguiría haciendo por siempre, pero en ese momento, una luz brilló en el cielo,
y fueron varias imágenes extrañas a su mente.
Su pasado,
oscuro como la noche, lo acechaba cada día, cada hora, cada minuto y esa luz
cegadora le recordó momentos que él preferiría olvidar.
Pero, había
algunas, que él no recordaba haber vivido, y había vivido mucho.
Pero en ese momento, nueve oficiales aparecieron. Eran Omnebus,
parecidos a los Paparedes, solo que verdes y con cuernos hacia atrás del mismo
color. Además, tenían unos grandes ojos negros.
Empezó la persecución.
¡Deténgase!-exclamó un Omnebus
Naybi enseñó los dientes al oficial y
siguió corriendo.
En su
cabeza seguían esas extrañas imágenes, poco a poco se fue librando de
esto. Debía seguir
huyendo…tenía que hacerlo, sabía que él no había herido a los oficiales ni
había destruido ninguna casa ni local, pero nadie le creería si dijera que era
la sombra misteriosa la que lo hacía.
Apareció
el día de su llegada a Amplusium, cuando este casi es arrestado por no llevar
identificación, la sombra llevaba una extraña marca en la mano.
Era la de una corona invertida, y
encima de esta habían dos espirales.
La sombra, con solo bajar la cabeza hirió a un Omnebus, y
toda la culpa pasó a Naybi.
Tenía que huír, solo huír, adonde sea, excepto tal vez su planeta
natal.
Alargó su brazo hasta lo normal y usó
el atributo de elasticidad para subir a
un edificio.
Un Omnebus lo alcanzó, pero ambos resbalaron y terminaron en una caída hacia abajo del edificio.
Naybi alargó su brazo otra vez, pero el Omnebus lo agarró del tobillo y ambos volvieron al edificio.
Luego, corrió y saltó todo lo que pudo
hasta llegar a destino.
El telepuerto, solo tenía que bajar y
lo lograría.
Pero aparecieron todos los Omnebus apuntándole.
Repentinamente, la sombra apareció, pero Naybi se dió cuenta de que ningún Omnebus podía verla.
Esta bajó la cabeza, y tres oficiales se desmayaron.
Naybi se lanzó a otros cuatro, mientras que la sombra atacó al penúltimo.
En ese mismo instante, el mismo Omnebus con el que se había resbalado lo agarró del cuello.
¡Suéltame!-gritó Naybi.
¡Nunca! Ya ha pasado bastante tiempo
que quiero ser yo el que te arreste-reclamó el Omnebus.
Fue entonces que, abajo en el
telepuerto, estaba la sombra nuevamente.
Esta extendió su mano, en la que se
veía la marca, la cerró fuertemente, y Naybi notó que poco a poco, las manos
del Omnebus fueron liberando al Dayvel.
La sombra lo había matado.
Aparecieron los otros dos oficiales
aparecieron y, atónitos, miraban el cuerpo sin vida de su compañero.
Naybi supo lo que tenía que hacer.
Saltó al telepuerto 5 y, cuando sus
pies ya estaban rozando el aparato, desapareció junto al telepuerto.
Tenía que hacer algo, pronto, lo que
sea.
Debía haber algo, cualquier cosa, que
limpie su nombre, de algo que no hizo.
*****
Este fue el primer capítulo del libro Amplusium y la sombra de la marca, el cual estoy escribiendo.
Pronto traeré más capitulos de esta novela.
Gracias por su atención,
"Failmaster" Herrera
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