sábado, 26 de abril de 2014
De Gules y Plata: A los nuevos santos
Hola a todos, después de mucho. El día de mañana se celebrará en el Vaticano una actividad muy importante y de trascendencia para la Iglesia Católica, dado que serán elevados a los altares dos personalidades reconocidas. Se tratan de dos Sucesores de Pedro, dos papas, que dieron ejemplo de convicción católica que el mundo premia hoy con milagros. Será Francisco, el papa, el que hará tan magno hecho. Hombres que nacieron con distinto apellido y origen uno del otro. Uno es polaco, el otro italiano como la gran mayoría de pontífices hasta ahora. Uno fue Arzobispo de Cracovia y el otro Patriarca de Venecia antes de sus papados. Karol Józef Wojtyła y Angelo Giuseppe Roncalli; nombres tan extraños a nuestro parecer, pero detrás de los cuales hubo grandes personas, ejemplo de líderes y multitudes. Estos dos grandes serán nimbados mañana. Y ellos son Juan Pablo II, el Peregrino y Juan XXIII, el Bueno.
Como todo papa actual, ellos tuvieron sus armas. Las del Papa Peregrino hicieron honor a Cristo, con una cruz alineada hacia mi izquierda y la diestra heráldica y a la Virgen, que aparece bajo su ala siniestra con su muy famosa inicial: la M, que gracias a este escudo cobró popularidad en las armas eclesiásticas tanto como la cruz, que también está inspirando.
En tanto, las de Juan XXIII aludieron a su pasado como Patriarca de Venecia (algo así como un arzobispo, pero con mayor dignidad especial otorgada por la misma iglesia) poniendo en su jefe un león alado de oro con un libro en el que reza "Pax tibi Marce evangelista meus", eso es "La paz sea contigo Marcos, evangelista mío". Ese es el León de San Marcos, signo de Venecia y de su patriarcado. Abajo del león, su escudo familiar variado, con una torre sobre un campo de gules con una faja de plata y dos flores de lis de lo mismo en jefe del campo, justo a la misma altura de la torre.
Tuvo el honor de hacer estos escudos, el que los heraldistas dicen es su santo patrón. El suizo Bruno Bernhard Heim (que en paz descanse), entendido de asuntos de armas. Sería lo mejor, si entre mis manos yo tuviera una de sus publicaciones.
Serán dos grandes personas, con ejemplos de vida conmovedores, que desde mañana serán bienvenidos con toda gloria, a la gloria de la santidad. Ya esperan en Roma los santos fieles de la iglesia. Yo les mando mi gran saludo.
Y así también, saludos a ustedes. Gracias por venir aquí. Nos veremos de nuevo.
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